jueves, 29 de septiembre de 2016

El historiador y la divulgación de la Historia

Vamos a hacer un ejercicio de simplificación inicial para definir "Historia". La Historia es una ciencia social que estudia el pasado de la humanidad. También: conjunto de procesos, aconteciminetos, avatares... vividos por los humanos a lo largo del tiempo.

Durante un largo período sólo algunas disciplinas del saber tenían la categoría de ciencias: Matemáticas, Química, Física y otras muchas. Tal vez porque se valoraban sólo los resultados "exactos". Hoy -aunque sigue habiendo debate- se incide sobre todo en la metodología de investigación y las llamadas ciencias sociales/humanísticas gozan de un prestigio que se puede homologar al de las "ciencias exactas".

Los buenos historiadores utilizan un cuidadoso método científico que les lleva a obtener resultados verosímiles sobre el pasado. Empiezan -como cualquier científico- planteándose un problema a resolver (un tema a investigar). Después se "empapan" de todo lo que ya se ha investigado y escrito sobre dicho problema/tema, haciendo lo que se llama el "estado de la cuestión" (es decir, qué se sabe, qué no se sabe, qué interpretaciones hay...). Una vez convencido de que el problema/tema está sin resolver o sin aclarar suficientemente, se plantea hipótesis a comprobar. Y, ¡manos a la obra! "Devora" todos los documentos, restos, huellas relacionados con el tema a investigar. Sobre todo utiliza fuentes primarias que suelen estar en archivos. Muchas de las fuentes se han conservado en soporte papel, por lo que el historiador se va a manchar las manos de lo lindo (¡qué "guarro" es ser historiador!). Ordena, después, toda la información obtenida; comprueba si las hipótesis se confirman o no; saca conclusiones; y elabora una interpretación de lo que ha investigado; y muy importante: nos lo cuenta todo con "pelos y señales", de tal manera que podamos casi "viajar en el tiempo".

Las investigaciones que se realizan se divulgan como tesis doctorales, artículos, monografías, conferencias, etc. Un buen trabajo de divulgación en esta fase es fundamental para se conozcan los descubrimientos historiográficos (a los que se ha llegado, como hemos visto después de un laborioso e intenso trabajo) de los profesionales de la historia.

Normalmente la divulgación mencionada no llega a la mayoría de la gente. Con lo que han aportado los investigadores, otros elaboran manuales universitarios, escriben ensayos y dan conferencias. Y todavía esta segunda fase de la divulgación no es la destinada a amplios sectores de la gente. Es con esos manuales universitarios, ensayos, etc. con los que se suelen elaborar los manuales de la enseñanza previa a la Universidad, los programas de televisión, los artículos de prensa..., lo que llega al "gran público".

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