jueves, 16 de marzo de 2017

A propósito del período de entreguerras (anotación del Julián Casanova en Facebook)

"La democracia y la presencia de una cultura popular cívica, de respeto por la ley y de defensa de los derechos civiles, comienzan a ser de nuevo bienes escasos.
En las sociedades que se definen más democráticas viven ciudadanos que hablan varias lenguas y pertenecen a diferentes religiones y grupos étnicos.
La reacción actual frente a todo eso se organiza en torno a la identidad nacional y la defensa de un orden ecluyente del otro, del que no es como nosotros. Y lo más relevante -que no paradójico, porque así fue en los momentos más trágicos y violentos del siglo XX- es que son los grupos más pobres y desposeídos los que, estimulados por los que viven bien y causan su miseria, perciben que la democracia y la libertad son la puerta de entrada a todos los males. Y temerosos de esa sociedad abierta, se inclinan hacia el autoritarismo. La incompetencia y corrupción de algunos partidos históricamente establecidos hacen el resto.
No nos tranquilicemos: no es solo el desastre económico el que hace crecer a la ultraderecha y a los populismos excluyentes. Se convierten en alternativas y polos de atracción porque desde arriba se aplican políticas para estimular la desigualdad y desde muchos medios de comunicación y en las redes sociales se apela al miedo al otro. E instalados en la obediencia y en la mentira, contemplamos lo esperado: que aparezcan salvadores, vendedores de soluciones para el auténtico pueblo. Y sin darnos cuenta, el abismo."

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